MORFOSINTASIS MURCIANA

 

    

 

 PARTES INVARIABLES - TABLAS COMPARATIVAS
 PARTICULARIDADES DEL ARTÍCULO, EL NOMBRE Y EL PRONOMBRE

 

• El artículo determinado se omite a veces, por influencia aragonesa, en el habla del N.E. de la región, donde son muy usuales frases como "ir a escuela" por "ir a la escuela". En cambio, en el lenguaje vulgar de la ciudad de Murcia, a diferencia del resto de la región, suele ser proclítico el artículo indeterminado, diciéndose un-caballo, una-casa; en las restantes comarcas se pronuncia ún caballo, úna casa.
 

• De las particularidades que afectan al nombre sólo tienen interés las relativas al género. El de muchas palabras castellanas se cambió en el murciano, implicando a la vez por lo común una leve modificación en el significado o acepción de las mismas. Ejemplos de masculinos trocados en femeninos: banca (banco), cacharra (cacharro), capaza (capacho), hojaldra (hojaldre), membrilla (membrillo), olma (olmo), pagamenta (pagamento), tora (toro), etc. Ejemplos de femeninos cambiados en masculinos: bando (banda), cepo (cepa), mejoro (mejora), solanero (solanera), telo (tela), vasijo (vasija), etc. Algunos sustantivos se han convertido en adjetivos cambiando de género, como corbato (de "corbata"), gallino (de "gallina"), borcelano o porcelano (de "porcelana"), panocho (de "panocha"), etc.
 

• En el empleo de la forma pronominal "os", de la 2.ª pers. del pl., el vulgo comete siempre el solecismo de confundirla con el acusativo de la 3.ª pers. masc. pl. "los", y otras veces con la forma reflexiva "se". Así se dice "los vais" o "se vais" por "os vais"; "los dije" por "os dije"; "los llevo" por "os llevo"; "se la lleváis" por "os lleváis". En estos mismos casos, la gente rústica dice respectivamente "lus vais", "sus dije", "lus llevo" o "sus llevo", "sus la lleváis".

 

 

 CONJUGACIÓN VERBAL

 

• Las alteraciones fonéticas de la pronunciación han producido muchas formas anómalas en el verbo ser: La 1.ª y 2.ª pers. del pl. del pres. de ind. se convierten en semos y seis, seguramente por haberse originado de las formas lat. sedemus y sedetis. Todos los tiempos de la raíz fu- se pronuncian ju-; y además, la forma juera (fuera) del pret. imperf. de subj. se contrae en jua, juas, etc. El verbo haber sufre igual contracción, diciéndose hubiá, hubiás, etc.
 

• En el lenguaje rústico, el verbo ser sustituye casi siempre al haber en la formación de los tiempos compuestos, haciendo oficio de auxiliar. Ejemplos: "Es lo que, en un paso como éste, juera dicho to hombre", "así se jueran ahorrao que...", "a lo que semos venío", etc. En cambio, es corriente decir s'ha mester por "es menester".
 

• Los pret. imperf. de indic. de los verbos de la 2.ª y 3.ª conj. adoptan a menudo la desinencia temporal -ba-, así suele decirse traiba, reiba, moriba, etc.
 

• Para evitar la paronimia, y la confusión que de ello resulta, entre las primeras pers. del pl. del pres. y del pret. perf. simple de indic. en los verbos de la 1.ª conj., se las distingue haciendo -emos la desinencia del pret. perf. simple, en vez de -amos, y así se dice "cuando lleguemos" por "cuando llegamos". Tal vez este fenómeno obedezca a una causa etimológica, pues del lat. plica(v)imus debe resultar lleguemos.
 

• La 2.ª pers. del sing. del pret. perf. simple de todos los verbos y la misma del imperativo de ir, llevan siempre -s desinencial: cantastes, corristes, reistes, ves (ve), veste (vete), etc.
 

• En el verbo ir, como ocurre en el verbo ser, se convierte en ju- la raíz fu- del pretérito; y en ver (id) y veros (idos) de la 2.ª pers. del pl. del imperativo. Anteponiendo a estas formas la correspondiente del verbo andar, se origina el imperativo compuesto andaver y andaveros. No se emplea en los tiempos de pretérito el tema anduv-, así se dice siempre andé, andara y andase en vez de anduve, anduviera y anduviese.
 

• Por analogía se forman gerundios como dijiendo (diciendo), hubiendo (habiendo), entretuviendo (entreteniendo), endo, indo y fuendo (yendo), etc.
 

• También por analogía con "caiga" y "traiga", el vulgo dice haiga, pero los habitantes de la Huerta de Murcia (habla rust.) emplean la forma haya, y, analógicamente, dicen caya, traya y oya (oiga).
 

• El vulgo también confunde los verbos coger y caber, empleando aquél por éste.
 

• Están aún en uso las formas arcaicas truje, trujo, vide, vido, llevall, traella, decillo, etc.

 

 

 COMPOSICIÓN Y DERIVACIÓN

 

Por composición se han originado muchas formas compuestas, ya con dos sustantivos como ancarrana, colipavo, chichinabo, chichipán, chichirimoche, gachasmigas, lechanís, etc.; ya entre sustantivo y adjetivo, como casasola, coliblanco, cucafera, raspiblanco, etc.; ya con verbo y sustantivo, como apagacandil, cercapozos, cubretapador, cuentadedos, chupacharcos, desculaportales, lameculos, pelacañas, raspaire, tapasol, tirachinas, etc.; o bien, finalmente, con partes variables e invariables, como tanimientras, contraparada, sobreacequiero, etc.


Las formas derivativas se producen ampliando con prefijos y sufijos los vocablos primitivos; y según éstos sean nombres o verbos, la derivación se llama nominal o verbal. Ya que este procedimiento morfológico ofrece en el murciano muchos interesantes ejemplos, los examinaremos detenidamente en párrafo aparte.


- Derivación por prefijos:


a-
Forma casi siempre verbos derivados de nombres, como a-llocarse, a-mantar, a-piejarse, a-tandador, etc.
des- y es- Originan casi siempre verbos derivativos, implicando la idea de separación o aumento, como des-ajenar, des-anchar, des-borronar, des-apartar, des-inquieto; es-collar, es-nuclar, es-cojular, es-picazar, etc.
em- y en- Forman verbos derivados con la idea de acción, imposición o introducción: em-borregarse, em-palustrar, en-capuruchar, en-cofinar, en-corvillar, en-garigolar, en-garronar, en-lejar, en-verdinar, etc.
re- Tienen la significación de aumento, convirtiéndose en verdaderos aumentativos y superlativos: re-cantonearse, re-cobollo, re-comerse, re-jullir, re-juntar, re-pretar, re-bonico, re-güeno, re-que-te-bien, etc.
com-, con-, contra-, tras- Originan derivados nominales y verbales, como com-pudrir, contra-ceña, contra-limón, contra-parada, contra-pared, tras-polear, tras-punchar, etc.

 
- Derivación por sufijos:


Es el procedimiento más esencial de las lenguas de flexión, y el que ha producido más riqueza y variedad de formas.


• Sufijos de significación despectiva: Son los más abundantes y se aplican a los adjetivos generalmente; pero también entran en la derivación de nombres y verbos. Los principales son: -aco, -aca; -arr-aco, -arr-aca; -arro, -arra; -arrio, -arria; -orro, -orra; -orrio, -orria; -urro, -urra; -ajo, -aja; -ango, -anga; -ijo, -ija; -oco, -oca; -ucio, -ucia; -ucho, -uche, -ucha; -usco, -usca; -ujo, -uja; -uso, -usa; -uzo, -uza; -on, -ona; -ote, -ota. Algunos ejemplos: mañ-aco, cag-arr-ucia, cap-arra, ching-arra, fosc-arr-al, moc-arra, punt-arr-ón, triga-arr-al, ventarr-ea, tont-arria, manch-urr-ón, meng-ajo, mubl-ajo, peng-aja, mind-ango, cochind-anga, apañ-ijo, pest-ucia, abil-ucho, capur-ucho, pel-uch-ón, cascar-uja, mat-uja, gran-uja, esfil-us-ar, borrach-uzo, jal-uza, mang-uz-ada, etc.
• De significación peyorativa o de pequeñez: -asco, -asca; -esco, -esca; -isco, -isca; -ato, -ata, como nubl-asc-ar, galop-esca, jugu-esca, rab-isco, ensoñ-at-arse, pin-ato, etc.
• Denotan materia o forman gentilicios: los sufijos -eño, -eña, como cal-eña, espart-eña, manch-eño; y oficio, condición o estado -ero, -era, -izo, -iza, como aguilandero, aniaguero, charamitero, datilero; hartizo, pasmadizo, esparizar, espavorizar, repapizarse, etc.
• Forman nombres colectivos o expresan el lugar en que abunda alguna cosa: los sufijos -ada, -al, -ar, -ario, -aza, -erío, -ería, -ero, como arquillada, parvada, pinada, senada, ranal, corrental, almendreral, paleral, tapenal, bolagar, cerrillar, pimentonar, artimonario, fregaza, reguerío, averío, brocería, charquero, sirrero, etc.
• Indican lugar, y particularmente, el sitio donde algo se coloca, ejecuta o vende, los sufijos -dor, -dero, -era, -ería, como aguardador, amasador, atandador, cebador, escorredor, esfaraor, fregador, sumidor, llenador, saltador; esquiladero, candilero, jarrero, jaulero, ladrillera, platera, retalería, etc.
• Denotan la acción o su efecto: los sufijos -ada, -era, -ura, como bambolada, barbechada, reglada, cacera, cansera, carruchera, escandalera, llantera, picacera, risera, solanera, tosera, tronadera, borradura, cobaúra, etc.
• Expresan el golpe y su efecto: los sufijos -ada, -azo y -ón, como gañafada, pisotada, cornazo, punchazo, abruzón, empentón, etc.
• Indican instrumentos: los sufijos -aza y -era, como picaza, brevera, cernera, rasera, etc.
• Muchos nombres de árboles y plantas: los sufijos -ero y -era, como alcacilera, almendrero, cerecero, ciruelero, lironero, madroñero, palera, palmitera, peretero, poncilero, etc.
• Cualidad genérica o la idea abstracta: los sufijos -ancia, -encia y -ura, como alabancia, magancia, conocencia; y el sufijo -aria (o -arie), de influencia catalana o aragonesa, denota magnitud o dimensión, como alzaria, ancharia, gordaria, grandaria o grandarie, etc.
• Verbos frecuentativos: el sufijo -ear, como alambrear, albolear, amargosear, asnear, bolear, calduchear, cañamonear, capacear, escandalear, esflorear, estrocear, festear, machear, porracear, raspear, tempranear, etc.
• Los sufijos -eo, -o, -e y -or, expresan la acción del verbo y con ellos se forman los nombres verbales: calducheo, caneo, salseo, tracaleo, amuelo, desocupo, desperfollo, embolico, navego, entande, efarate, olisque, apestor, calentor, helor, etc. Se forman también nombres de acción con el sufijo -on, que tienen sentido aumentativo, como borrón, efarón, rasquijón, repretón, rescullón, etc.

 
- Sufijos aumentativos y diminutivos:


Los sufijos aumentativos son los usuales del castellano, pero han originado un sin fin de derivados murcianos:


-on, -ona. Por lo general se aplican a sustantivos, como cabecerón, calabazona, capazón, cequión, cerrajón, collejón, corvillón, costón, grillón, hormigón, raigón, reguerón, revoltón, sogón, tabicón, etc.; pero muchas veces también a los adjetivos, como camandulón, fijón, murmurón, pingón, piulón, quejón, etc.
-arro, -erro, -orrio, -urro. Los enumeramos antes entre los despectivos, y suelen ir acompañados de otros sufijos, como chicarrote, escagarrarse, cagarrada, guajerro, manchurrón, pichorrio, panchurrí, puntarrón, Juaniorro, Pacorro, Peporro, etc.
-ote, -ota. Se aplican a nombres, a verbos y a adverbios: arribota, camota, gavinote, lenjotes, mangote (hacer), melote, pigota, rabote, zanganotear, etc.

 
En murciano hay una gran variedad de sufijos diminutivos, pues se suele abusar de las voces diminutivas y hasta de los diminutivos de diminutivos. No denotan generalmente la idea de pequeñez, sino la de cariño, como la ingénita y franciscana propensión de los murcianos a hallar amables hasta las cosas inanimadas. El más frecuente y típico de todos es el formado con el sufijo -ico, -ica (empleado por todas las clases sociales con gran preferencia), que en el lenguaje rústico se convierte en -iquio, -iquia. Los demás sufijos diminutivos son:


-ete, eta. Estos sufijos son generalmente de origen catalán y valenciano, hallándose en voces de aquella procedencia, como barrilete, bracillete (de), cantalete, gallete (a), hocete, llanquete, rampete, roete, calceta, cequeta, coscaletas, planeta (almendra), etc.
-iche, -il, -ijo, -ija, -illo, -illa, -ín, -ina. Sufijos en típicas voces murcianas, como caliche, trompiche, tambaliche, hogaril, cebadil, apañijo, raíjo, rasquija, reconquija, cuquillo, currillo, correntilla, fresquilla, hormiguilla, higuín, perfollín, calorina, temblorina, etc.
-arón, -erón, -oco, -oca, -olo, -ola. Como puntarón, alterón, cuarterón, bayoco, mochoco, macoca, cabolo, mindolo, farandola, merendola, picola, etc.


Con la yuxtaposición alterna de unos y otros sufijos, se han formado también curiosos cruces de aumentativos de diminutivos y de diminutivos de diminutivos en palabras tales como paretón, rasquijón, botijón, boquillón, corvillón; chiquirritico, mocetico, cerquetica, bracillete, mizquitica, etc.

 

 

 ALGUNAS CARACTERÍSTICAS SINTÁCTICAS

 

La sintaxis murciana es bastante similar a la castellana; pero no faltan algunos casos muy típicos y peculiares:

 

1. La sustitución del auxiliar haber por el verbo ser en la formación de los tiempos compuestos o del pretérito imperfecto de subjuntivo: "Si lo fueras visto..." o "Si no te fueras ido, te habría invitado".

 

2. La sustitución de la 1ª persona del plural del pretérito perfecto simple de indicativo por la 1ª persona del presente de subjuntivo en los verbos de la primera conjugación (por ejemplo, "Ayer hablemos con él"), procedentes del castellano antiguo.

 

3. La reduplicación o pleonasmo verbal en perífrasis como: "en allegando que allegue", "corre correndico", etc.

 

4. La inversión del orden en algunas construcciones pronominales, como me se y te se, en lugar de "se me" y "se te", como, por ejemplo, "me se subió", "te s'ha caío", etc.

 

 

[ANGUNAS LOCUCIONES Y DESPRESIONES]

 

 

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Fuente: Vocabulario del Dialecto Murciano

Justo García Soriano